En El Salvador, una mujer transforma su dolor en activismo

Yessenia tiene experiencia personal con la violencia. Ahora, como activista, aprovecha cualquier oportunidad para decir a las mujeres "que no se acostumbren a una vida de abusos o discriminación". Foto: Iniciativa Spotlight/Blanca Iris Peña
5 julio 2021

SAN SALVADOR, El Salvador - Dorys Yessenia Reyna, de 41 años, es profesora de secundaria, madre, empresaria y líder religiosa. Está comprometida con el apoyo a las mujeres y niñas que sufren violencia en sus vidas y hogares.  

Por desgracia, ella tiene su propia experiencia en este ámbito.  

"Empecé a experimentar la violencia desde los 7 años", dice Yessenia. Sometida a abusos sexuales y malos tratos, de pequeña era tímida e insegura. Cuando cumplió 17 años, poco después de su primer embarazo, su pareja de entonces empezó a golpearla y humillarla. Con el tiempo, las agresiones se hicieron constantes. 

En El Salvador, 1 de cada 6 mujeres ha sufrido violencia en su vida, según datos del gobierno de 2019.  

“Cada vez que tengo la oportunidad, les digo a las mujeres que no se acostumbren a una vida de abuso o discriminación,” says Yessenia. “El plan de Dios no es que vivamos sometidas.” 

"Cada vez que tengo la oportunidad, les digo a las mujeres que no se acostumbren a una vida de abuso o discriminación. El plan de Dios no es que vivamos sometidas”. - Dorys Yessenia Reyna, 41

Una crisis golpea 

En 2012, Yessenia se enfrentó a una de las mayores crisis de su vida, lidiando con la ansiedad, la depresión severa y los intentos de suicidio tras separarse de su pareja, que luego se llevó a los pequeños que tenían juntos, y formó un hogar con otra persona.  

Yessenia se acercó a la Iglesia del Camino, una iglesia que ofrecía esperanza en tiempos difíciles. Desde entonces ha trabajado en su propia sanación personal, involucrándose en grupos de mujeres, discipulado y programas de salud mental.  

"Durante años he ido rompiendo barreras en mi mente, conociendo a personas diferentes llenas de amor y compasión", dice Yessenia. Como ejemplos cita a su mentora Zuleyma Aguilar, que "nunca me ha juzgado ni condenado, me ha empujado a crecer", y a los pastores de su iglesia Rosario y Carlos Navas, que "me han hecho sacar lo mejor de mí".  

“Cada paso me ha llevado a donde estoy ahora". Cuando se le pide que se describa a sí misma ahora, dice: “Sana, libre e independiente”. 

Yessenia prend fréquemment la parole dans des rassemblements publics. Photo: Spotlight Initiative/Blanca Iris Peña

Un punto de inflexión

Siguió un proceso de formación de cinco meses que dio a las iglesias y organizaciones de base confesional las herramientas para abordar estos temas, organizado por la Universidad Evangélica de El Salvador en coordinación con ACT Alianza (una coalición de 144 iglesias y organizaciones afiliadas) y la Iniciativa Spotlight. Participaron 360 personas. 

Para Yessenia, una de las lecciones más valiosas de dicha formación fue aprender a reconocer todas las formas de violencia contra ella y otras mujeres. 

“He llegado a ser consciente de tanta violencia que he vivido", dice. "En ese momento, ni siquiera podía catalogarla como violencia, estaba tan dañada y no tenía información”. 

La propia Yessenia, por ejemplo, había sufrido lo que se conoce como "violencia vicaria o indirecta"—es decir, dañar a la víctima a través de sus hijos e hijas, animales, o seres queridos. También experimentó “violencia económica”—el robo de dinero y la restricción de recursos económicos. 

Conocer las formas de violencia es un paso para acabar con ella. 

Otra experiencia valiosa de la formación es el empoderamiento que sintió al conocer los acuerdos nacionales e internacionales sobre la violencia contra las mujeres. Estos le ayudaron a conectar sus propios esfuerzos con los de activistas y gobiernos y otros en todo el mundo.  

“He llegado a ser consciente de tanta violencia que he vivido.En ese momento, ni siquiera podía catalogarla como violencia, estaba tan dañada y no tenía información”. - Dorys Yessenia Reyna, 41

Una tendencia preocupante

Yessenia propuso a otros líderes de su congregación lo que llamó proyecto Refugio Seguro, y los pastores aceptaron inmediatamente. Coordinado por Yessenia, Refugio Seguro se centra en la violencia doméstica. Ahora tiene la oportunidad de poner en práctica las lecciones correspondientes a la formación de Spotlight.   

Ocho personas trabajan en el proyecto y juntas atienden a entre 50 y 60 familias con asesoramiento sobre violencia de género. “La visión”, dice Yessenia, “es que el Proyecto Refugio Seguro llegue a las 14 sedes de la Iglesia del Camino, en todo el país”.

Yessenia a proposé aux responsables de son église de lancer le projet « Refugio Seguro » (en français : « Refuge sûr »), qui a finalement été mis en œuvre. Selon elle, « Ce que Dieu veut, ce n'est pas que les femmes vivent dans la soumission ». Photo: Spotlight Initiative/Blanca Iris Peña

Cambio de roles en las iglesias

“Muchas mujeres han sido maltratadas desde los púlpitos por interpretaciones erróneas de la Biblia por parte de líderes y pastores que se han apropiado de los textos para hacer que las mujeres se sientan menos”, ella afirma.

Por ejemplo, cita los ejemplos de Primera de Corintios (1 Corintios 14:34), que versa : “Vuestras mujeres deben guardar silencio en las congregacioens (congregaciones religiosas, o iglesias)"; y la Primera de Timoteo (1 Timoteo 2:11-15), que indica: "No permito que la mujer enseñe ni ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca en silencio". 

Para Yessenia, algunas iglesias podrían utilizar esos textos para perpetuar la violencia y la discriminación contra las mujeres. “Pero hoy”, dice, “estamos alzando la voz por aquellas mujeres que antes estaban sometidas y calladas”.  

Las instituciones religiosas pueden ser importantes aliadas en esta labor, dice, educándose y fomentando una cultura de tolerancia cero hacia la violencia contra las mujeres y las niñas. Algunas iglesias están a bordo, como lo demuestra su participación en la iniciativa Spotlight de la ONU.  

La figura bíblica de Ester inspira a Yessenia. Ester fue una “mujer radical en la toma de decisiones”, con el “carácter y la determinación que uno necesita como mujer, cuando tenemos una misión clara”.  

La misión de Yessenia es clara: ayudar a acabar con la violencia. “Siempre estoy buscando cosas que leer y formas de aprender más sobre este tema”, dice. "Esa es la razón por la que me levanto cada día”. 

Yessenia espera que las mujeres sean respetadas en la sociedad salvadoreña y que la igualdad se haga realidad. "Que un día ya no lea en las noticias que hay una niña maltratada o una mujer asesinada, sino que las mujeres vivamos plenas y libres, que dejemos de vivir llenas de inseguridades y miedos” .

Por Blanca Iris Peña. Publicado por primera vez por Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible

¿Te gusta lo que lees? ¡Compártelo!